Esta es una noticia sorprendente pero no deja ser razonable ver como las marcas al final se defienden ante tanta difamación. Hoy hemos sabido que BYD se ha querellado en China contra 37 influencers por difamación y es que en los países avanzados donde la justicia trabaja el difamar gratis se acabó, algo que por desgracia en España todavía no disfrutamos.
Pero esta caza de desinformadores y mentirosos contra marcas no se termina con las 37 cuentas identificadas, ya que BYD investiga además otras 126 cuentas en redes sociales en China que también estarían difamando de forma interesada a BYD. Además del procedimiento judicial BYD mantiene una oferta de información privilegiada y ofrece entre 7.000 euros y 700.000 euros para aquellos que den detalles de estos difamadores a BYD.
¿Y qué pasaría si BYD realizara esto mismo en España?
Pues es un ejercicio interesante ver que sucedería si BYD decidiera realizar lo mismo en otros países, países como EEUU o España donde es habitual encontrar difamadores que manipulan la realidad a cambio de varios clicks más o de atraer a las hordas anti China que por desgracia todavía hay muchas en España.
Hace no tanto, el “mecánico de TikTok”, persona ampliamente reconocido como el bufón del sector del automóvil lanzó una campaña de acoso total contra BYD con ataques personales contra el responsable de PR y Marketing de BYD en España, Iñigo Trasmonte primero de forma directa con mentiras y luego intentando difamar los coches de BYD en España con nula repercusión ya que metidos en 2025 los consumidores ya no compran las mentiras que desde ciertos perfiles se lanzan contra BYD o contra otras marcas Chinas.
¿Censura o justicia?
Pues esta es la gran pregunta, ya que dar la opinión personal de una marca o producto es algo recogido por la libertad de expresión pero el mentir descaradamente esta algo que sin duda debería ser llevado ante los tribunales para que estos decidan si lo expresado se trata de difamación o solo opinión personal.
Sea como sea, cada vez más “influencers” usan para su provecho personal el modelos de chantaje velado algo que por suerte las marcas cada vez compran menos y los consumidores evitan porque se ven claramente las burdas mentiras.